En Bamberg, como en Rothenburg, Gengenbach o Schwäbisch Hall, uno tiene la sensación de que todo ha sido dispuesto estratégicamente para deleite del viajero. Aguas que discurren junto a pintorescas casas, calles empedradas, un Ayuntamiento flotando en medio de una isla, una catedral con más de 1.000 años… todo un regalo para la vista. Es una ciudad que no deberíais perderos si viajáis por la región de Franconia, en el norte del Estado de Baviera.