EL DESASTRE DE ANNUAL-II
ESCENARIO
El terreno
Desde Melilla hasta Ben Tieb es una planicie conocida como llanos de Metalsa, a partir de Ben Tieb y hasta Alhucemas es una zona montañosa con abundantes barranquillos de cierta profundidad. Es una zona bastante árida y calurosa en verano.
El enemigo
El rifeño se organizaba en cabilas, zona muy pobre tradicionalmente y con un pueblo de una gran agresividad. Para el rifeño la guerra era un labor más, habían temporadas de siembra, de cosecha, de cuidar el ganado y por supuesto de hacer la guerra contra las cabilas enemigas.
Obviamente eran muy buenos tiradores, su unidad básica era la harka (jarka), formada por entre 1.000 a 3.000 hombres según el poder de la cabila y la seducción del botín a conseguir.
Su táctica de guerra era atacar con un salvajismo extraordinario en superioridad numérica y retirarse rápidamente si encontraban fuerte resistencia para reorganizarse y volver a atacar.
En definitiva, no tenían un ejército profesional pero eran profesionales de la guerra. El mayor problema: la discontinuidad, formaban una harka rápidamente (según el botín a repartir) y cuando llegaba el tiempo de la cosecha la harka se deshacía rápidamente a pesar de los mandos.
Los españoles
A diferencia de Francia, que tenía un ejército profesional curtido en las guerras coloniales en la conquista de África, el ejército español estaba formado por reclutas (agricultores y obreros pobres, los ricos podían pagar una cuota para escapar del reclutamiento) mal uniformados, mal entrenados y peor armados. Los oficiales, mal preparados y con poco espíritu de cuerpo, veían a Marruecos como una oportunidad clara de medrar y ascender rápidamente.
La corrupción era general, el número de soldados en cada unidad estaba descaradamente inflado por la oficialidad para poder quedarse con los sueldos de los supuestos soldados y aprovisionamientos. El nivel de vida de muchos oficiales quintuplicaba o más sus ingresos oficiales. En el momento del Desastre de Annual, algunos oficiales estaban de “vacaciones” en Melilla o en las corridas de toros de Málaga.
El Jefe
General Silvestre, el Custer español, el típico militar con más valor que cabeza, valentón pero incapaz de asumir su responsabilidad. Parece ser que se suicidó al ver lo que se le venía encima.
Apareció por Annual el día antes de la caída de Igueriben, es decir, la excursioncita la estaba dirigiendo cómodamente desde Melilla. Estaba picado con su superior inmediato, el general Berenguer y actuaba por libre al ser amigote del rey Alfonso XIII que lo apoyaba en todo.
Era xenófobo y despreciaba e infravaloraba al rifeño. En definitiva “una joya”.
es.wikipedia.org/ ..._Silvestre
El Jefe del enemigo
Abd el-Krim, su familia prosperó gracias al apoyo de los españoles, en un momento dado se cansó de la xenofobia de éstos y empezó a montar una harka antiespañola en su cabila de los beniurriagueles. Tras Abarrán se hizo el amo entre los Beni Urriagueles y tras Annual su influencia se extendió a todo el Rif. Fue un gran organizador y entendiendo la idiosincrasia de su pueblo, intentó en un primer momento atraer por las buenas a las otras cabilas y cuando alguna se le oponía los mataba o quemaba sus tierras.
Solo cometió un error, atacar también a Francia sin haber derrotado realmente a los españoles (al fin y al cabo la única victoria real fue Annual, luego todos sus intentos se estrellaron contra la líneas españolas).
es.wikipedia.org/wiki/Abd_el-Krim
La táctica española en la Comandancia de Melilla
Aunque los manuales españoles de finales del s. XIX ya decían que no se podía montar un puesto militar en el Rif sin tener un pozo dentro del perímetro, la realidad fue que ningún puesto, sin excluir las grandes guarniciones (Monte Arruit), tenían un pozo dentro del perímetro. La aguada se hacía mediante convoys desde puestos más grandes o en oueds o pozos que en algún caso estaban a más de 2 km del puesto.
Silvestre se dedicó a colocar una serie de puestos o blocaos con guarniciones pequeñas (50-200 soldados), aislados unos de otros sin posibilidad de apoyos entre ellos y sin ningún criterio militar. Era una ocupación ficticia más encaminada a que el rifeño notase la presencia militar que a dominar realmente el terreno.