En sus comienzos, estaba compuesto por un castillo, mucho menor que el actual y separado del pueblo, y un recinto amurallado formado por las calles y la iglesia de San Salvador (hoy desaparecida) y la de Santa María, del que se conservan tres puertas de su trazado, que data de los siglos XI o XII. Posteriormente se amplió este, entre los siglos XIV y XV: se unió al castillo y se construyó la Plaza y varias casas en la parte baja del pueblo, surgiendo un segundo recinto amurallado.