Al islote, un promontorio de principios del siglo XX, sólo puede accederse a pie cuando baja la marea ( el mar lo está erosionado a pasos agigantados). Los acantilados que rodean la isla han sido reforzados cuidadosamente con hormigón, y se han hundido trípodes en el mar a manera de rompeolas. Tal y como sugiere su nombre, el templo está situado donde el mar y la tierra se encuentran. Por ello, el lado del templo que da al océano está dedicado a la diosa del mar, Betara Tengah Segara, mientras que la que da a la tierra lo está los dioses Gunung Batukau.