Sin embargo hoy día bien poco de esa historia brilla, la ciudad parece más bien una acumulación de edificios de hormigón sin gracia alguna, mientras que la importancia industrial aparece con fuerza. El interés de Vlora reside más bien en las playas situadas a algunos kilómetros de la ciudad, que sin duda se encuentran entre las más bellas del país. En resumen, una etapa que no es indispensable en un circuito por Albania, si bien la ciudad puede seducir a algunos con su ambiente joven, estudiantil y animado.