Este bonito pueblo agrícola ofrece al viajero multitud de experiencias agradables con las que llenar su maleta de recuerdos. Obligada es la visita a la Casa Museo del afamado artista César Manrique. La plaza León y Castillo invita a relajarse bajo la sombra de sus laureles y eucaliptos. El centro del pueblo lo constituye la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación; en ella confluyen todos los caminos y calles del pueblo.