Magnífico post Zapa.
Hay que ver, como de una historia, de una leyenda verídica o no, nace un mito; nace un santo.
Antes creíamos que esos santos creados por la gente y no reconocidos por la Iglesia, al igual que ocurre con sanadores o curanderos, era cosa de pueblos atrasados y de baja cultura. Pero lo cierto es que todo ese submundo no oficial pervive a lo largo de los tiempos. Y es que a pesar de que parece triunfar el racionalismo e incluso el ateísmo, los pobres seres humanos, ante el destino más negro de las enfermedades y las desgracias, ante las que se ve impotente, recurre a lo que sea y va a rezar ante cualquier cosa que tenga un atisbo de gracia mística o vislumbre un débil rayo de esperanza. Porque creer en algo es tener esperanza y apartar la desesperación.
Al final, de todas las maneras, si se produce el milagro, el verdadero artífice del mismo es la fe del que lo pidió.
Son unas simples elucubraciones personales a raíz de este post del amigo Zapa; el que no esté de acuerdo, tiene perfecto derecho a no hacerme ni p... Caso.