Viendo que no podía, entró en la gruta donde encontró la efigie de la
Virgen de Ujué. Encima de la gruta se edificó un templo y en torno a él se agruparon los lugareños en busca de refugio. En honor a tanta insistencia derivará el nombre de Ujué, que en su versión medieval Uns, Unse o Uxua tiene una gran similitud fonética con la palabra vasca Uxoa que significa paloma. La romería a Ujué está documentada desde el siglo XIV y se celebra el primer domingo después de la festividad de San Marcos (25 de abril).