Comenzamos desde lo más alto, donde se encuentra el Castillo roquero de Atienza, construido por los árabes y reconstruido por los cristianos tras la Reconquista. Se encuentra sobre un peñón alargado y de él, por desgracia, solo queda la puerta de entrada con arco de medio punto flanqueada por dos torreones de planta cuadrada, la torre del Homenaje de tres pisos de altura, una gruesa muralla que delimita el patio de armas, y dos aljibes tallados en la roca. Desde la planta baja del castillo salían unos túneles hechos en la roca que llegaban a las iglesias de Santa María del Rey, la Santísima Trinidad y San Salvador, cuyas entradas hoy en día están tapadas.
El pequeño pueblo de Atienza, situado en un cerro rocoso de la Serranía de Guadalajara. Las ruinas de un imponente castillo dominan un casco histórico medieval con gruesas murallas y tortuosas calles con casas blasonadas, iglesias románicas y plazas con soportales. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en el año 1962.
Entre su patrimonio destaca el Castillo de Luna, de tipo alcazaba y de planta rectangular muy alargado, siguiendo la forma de norte a sur del mismo cerro sobre el que se asienta. Para su construcción se utilizó piedra en sillarejo, quizás aprovechando también el material de la antigua ciudad romana de Opta. También merecen una visita el Colegio de Jesuitas, Iglesia de Nuestra Señora de Atienza, de estilo gótico y la Iglesia de Santo Domingo.