Escoltada por la Sierra de Gredos, la villa castellano-leonesa de La Adrada situada en el Bajo Tiétar está custodiada por su imponente castillo, testigo del paso de notables personajes en el pasado como Don Álvaro de Luna, Enrique IV de Castilla o los mismos Reyes Católicos. El viajero obtendrá desde su cima unas vistas espectaculares y podrá echar la vista atrás rememorando el pasado de la localidad.
Entre su patrimonio destaca el Castillo de Luna, de tipo alcazaba y de planta rectangular muy alargado, siguiendo la forma de norte a sur del mismo cerro sobre el que se asienta. Para su construcción se utilizó piedra en sillarejo, quizás aprovechando también el material de la antigua ciudad romana de Opta. También merecen una visita el Colegio de Jesuitas, Iglesia de Nuestra Señora de Atienza, de estilo gótico y la Iglesia de Santo Domingo.
Muchos consideran que el Castillo de Luna es uno de los más bonitos de Extremadura. Alburquerque se encuentra en zona de la Sierra de San Pedro, de gran interés para ornitólogos y amantes de la naturaleza.
Castillo de Luna, Alburquerque, Badajoz, Extremadura
El Castillo de Luna está situado en la localidad de Alburquerque, en el extremo noroccidental de la provincia de Badajoz. Se trata de una fortaleza compacta, no demasiado grande, pero muy bien conservada.
Casi ahogada por el Mediterráneo que la envuelve, Peñíscola es el perfil fuertemente amurallado de la vieja población de empinadas calles de cantos rodados; es también la silueta desafiante del imponente castillo; pero sobre todo, es la ciudad del Papa Luna, aquel Benedicto XIII que, llevado de su carácter bravío, animó durante años el Cisma de Occidente.
Ciudad amurallada en todo su perímetro, constituye un magnífico ejemplo de arquitectura militar, labrada a través de los siglos y en perfecto estado de conservación. Tres históricas puertas dan paso al recinto. En su interior manan un número importante de fuentes. El mar la envuelve y a veces “rebufa” traspasando subterráneamente las murallas.
En lo más alto, el castillo, un castillo templario de larga tradición guerrera. Pero el sumun de su gloria es haber sido nada menos que Sede Papal, con su Basílica, Salón del Cónclave, residencia palaciega…; como Roma o Avignon, porque aquí residió y murió el Papa (¿?) Benedicto XIII.
Aún hoy, la leyenda afirma que vaga por el castillo, asomándose a las ventanas y repitiendo la frase que le caracterizó en vida: "el verdadero Papa soy... Leer más ...