La primera cita documental conocida de
Entrimo, aparece en el acuerdo de 6 de enero de 1.149 entre el obispo Martín de Ourense y el abad Pelaio de Celanova. Una tierra con la situación y riqueza potencial de esta, tenía que despertar continuas apetencias jurisdiccionales, durante los posteriores siglos.
Felipe III, por real carta de marzo de 1.608, eximió a los vecinos de
Entrimo de cargas militares por causa de su permanente estado de alarma a consecuencia de su situación fronteriza. De hecho la zona sufrió mucho durante las guerras hispano-lusas: amagos e incursiones de invasión, requisas de ganado y cosechas, y quema de archivos. Felipe IV confirmó el 30 de julio de 1.643, durante la guerra de separación de Portugal, la exención que concediera su padre a
Entrimo.