Situado a 200 kilómetros de Madrid, muy cerca de la N-VI que conduce a Galicia, ruta desde donde se puede divisar la silueta de sus murallas, Urueña es un pueblo que bien merece la pena descubrir. De entrada destaca por su estratégico emplazamiento en una elevación desde la que se divisa toda la gran planicie de la comarca natural de Tierra de Campos, que no solo se extiende por Valladolid, sino por las provincias limítrofes.
Villanueva de la Cañada quedó totalmente destruido como consecuencia de la Guerra Civil española (1936-1939), por lo que se tienen pocos documentos sobre su historia, y no cuenta con ningún tipo de patrimonio histórico-artístico anterior a 1939.
En su término municipal sí se conserva, aunque en ruinas, el castillo de Aulencia, situado en las proximidades de la urbanización de Villafranca del Castillo, elevado sobre un pequeño cerro. Fue residencia del jefe árabe que gobernaba sobre esta zona, y tiene las características típicas de este tipo de fortificaciones; cuenta con doble muralla, seis torres cilíndricas en las aristas de los muros y un torreón en el centro. Fue usado, además, como fortín durante la Guerra Civil, en la batalla de Brunete, por lo que se pueden observar huellas de los impactos.
La de Puerta de Moros es una plaza que une la de la Cebada y la calle de San Francisco, y dónde antiguamente estaba situada una de las puertas de la muralla cristiana de Madrid.
A requerimiento del compañero Samuel. Madrid tuvo dos murallas, una de época árabe y otra posterior cristiana. La primera murallase construyó durante el emirato de Muhammad I, entre el año 850 y el 866, coincidiendo con el momento fundacional de la ciudad como una más de las fortalezas que integraban el sistema defensivo de la Marca Media. En el siglo X el califa de Córdoba Abd al Rahmman III mandó reforzar la muralla debido a las incursiones militares cristianas, como la protagonizada por Ramiro II en el año 932. Esta muralla envolvía un perímetro urbano de 4 hectáreas, constituido por el alcázar y la almudaina, y los accesos se realizaban a través de tres puertas (de la Vega, de Santa María y de la Sagra). Los lienzos de la muralla eran de cantería de sílex y piedra caliza, y se fueron ordenando en torno a torres de planta cuadrada dotadas de escarpes, portillos y posiblemente de almenas.
Tras la conquista de Toledo en el año 1085 por Alfonso VI, rey de Castilla y León, ciudades como Madrid capitularon sin oponer resistencia. Madrid siguió desempeñando su papel de fortaleza, razón por la que a lo largo del siglo XII se construyó una... Leer más ...