La figura del Ángel Custodio y su devoción, nació a mediados del siglo XIV a partir de la pandemia de la peste negra. En Valencia tiene un valor emblemático desde que los Jurados proclamaran su fiesta en 1446 como protector de la ciudad y reino. Su efigie está presente desde antiguo en los blasones de la Generalitat Valenciana.
Ya en el año 1392 en la Sala del Consell de la Casa de la Ciudad, donde se reunía el gobierno municipal, se ordenó la figuración del Ángel Custodio en estos términos: “l'àngel tenent en guarda la dita ciutat (Valencia) per disposició divina”.
Esta antigua y apasionada devoción hacia el Ángel Custodio, cuya manifestación más explícita fue en Valencia, ha pervivido en nuestros días en diversos vestigios con su nombre:
Caminar por sus empedradas rúas Crucifijo y Mayor se convierte en un agradable ejercicio que te permitirá descubrir joyas arquitectónicas como las iglesias del Crucifico, Santiago y San Pedro, y bellos edificios salpicados de detalles de influencia jacobea.
Pero, sin duda, el puente románico sobre el río Arga será lo que más te sorprenderá. Es uno de los ejemplos románicos más hermosos y señoriales de la ruta jacobea y el que da nombre a esta villa, de apenas 2.500 habitantes, cercana a otros puntos de interés turístico como Eunate, Andelos y el Cerco de Artajona.
Puente la Reina, "cruce de caminos", villa medieval en la que se funden las dos vías principales del Camino de Santiago, es una de los enclaves de mayor sentido compostelano situados en Navarra. El continuo trasiego de peregrinos, las conchas y báculos forman parte del paisaje urbano de esta villa, magnífico ejemplo de "pueblo-calle", situada a 24 kilómetros de Pamplona.