En los altos de la montaña de la Mérica es desde donde podemos observar mejor este núcleo desde el conocido como Mirador del Santo, con su pequeña ermita construida en piedra en Arure.
Cercano al mar, este pequeño caserío conserva casi intacto el sabor del paso del tiempo, con sus tradicionales viviendas de arquitectura canaria en un pequeño valle al que se accede desde el vecino municipio de Vallehermoso.