La Plaza de la Bandera, tal es la denominación no oficial pero que identifica popularmente a este espacio y a su monumento, está ubicada entre la calle Avelino Miranda por el Este, Av. 8 de Octubre por el Sur, y el Bvr. Gral José Artigas por el Oeste y Norte.
Dentro del observatorio también funciona una estación meteorológica que permite conocer todos los secretos sobre el clima.
El Observatorio Astronómico se encuentra en la intersección de las calles Jesús María y el acceso al Rincón de Emilio a 300 metros de la Plaza de las Banderas (al final de la Avenida Argentina). Se puede visitar los días con cielo despejado o semi despejado y sin viento fuerte de 19 a 24 horas.
Allí existe una fuente de agua que le da elegancia al sitio. A unos metros de la plaza, se encuentra el mausoleo recordatorio del “Coronel Manuel José Olascoaga”, quien fuera primer gobernador de Neuquén. Allí descansan sus restos y los de su esposa.
La “Plaza Centenario”, más conocida como la “Plaza de las Banderas” es el sitio más alto de la ciudad, donde flamea la bandera Argentina, la cual se puede observar desde cualquier punto de la ciudad. También cuenta con dos mástiles, los cuales están reservados para el pabellón de Neuquén y para otros países en casos de visitas protocolares.
...de un millar de leguas.
Recorrieron llanuras donde el jume
les prestaba su luz en las hogueras,
y arenales de luna, y salitrales
donde la Vida se tomaba yerma,
y vadearon un Río en cuyas aguas
era la sed una amargura nueva.
Y una tarde los duros Capitanes,
consumidos de páramo y espera,
hacia el Este del sol y la calandria
vieron de pronto levantarse sierras.
"Aquí será" - dijo una voz de mando -
porque el aire es azul, el agua buena,
y la montaña nos ofrece amparo
si el indio quiere provocarnos guerra".
Y al sentir esa voz descabalgaron,
y tres veces ondearon las banderas.
El Capitán entonces con la espada
trazó en el aire una ciudad aérea,
dibujando la plaza y el ejido,
acá el cabildo, más allá la iglesia,
el fortín al llegar a las colinas,
allá los ranchos de la soldadesca.
Y al mirar una fuga de venados,
con ese nombre bautizó a las Sierras
y a la ausente Ciudad que dibujaba
con el acero de su espada nueva.
Y después silenciosos Michilingues
con su Jefe, Koslay, a la cabeza,
les trajeron la paz en el saludo
y las cosas y frutos de la tierra;
Y entretanto Koslay permanecía
rodeado por arqueros y doncellas,
la hija suya, una hija que... Leer más ...