La Hiruela es una recogida localidad de la Sierra Norte de Madrid, a poco más de 1 hora y 20 minutos de la capital, que forma parte de la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón. La UNESCO otorgó en 2005 dicho reconocimiento a este paraje de la Comunidad madrileña y, desde entonces, comenzó a formar parte de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera. Un privilegio de relevancia internacional que curiosamente es un gran desconocido para mucha gente.
Situada a 40 Km de la ciudad de Guadalajara y menos de 100 Km de la de Madrid, la Villa de Cogolludo sirve de punto de partida para visitar los pueblos y parajes naturales de la Sierra Norte de Guadalajara.
Cogolludo se asienta a unos 900 metros de altitud sobre una colina cercana al Valle del Henares, entre las primeras estribaciones de la Sierra Norte y el final de al Campiña.
El norte de Madrid es magnífico, nada que ver con el sur. He estado varias veces en Becerril porque en la zona hay varias fincas para bodas y en alguna que otra he estado allí. También hice una ruta en quad por la zona y precioso todo. Me encanta.
El hayedo de Montejo de la Sierra es uno de los bosques de hayas mas meridionales de Europa.
Este bosque de 250 hectáreas está situado a las faldas de la Sierra de Ayllón, en el municipio de Montejo de la Sierra (Norte de la Comunidad de Madrid). Es uno de los mas estudiados y visitados de España. Debido a la gran afluencia de visitantes, las visitas están restringidas.
Justo en esta época presenta sus colores mas bonitos: mezcla de amarillos y rojos que tamizan ramas y el suelo.
La Granja de San Ildefonso incluye un palacio real, y unos maravillosos jardines con esculturas y fuentes. Se sitúa en la ciudad de San Ildefonso, en la provincia de Segovia, a 80 kilómetros al norte de Madrid. Debido a su ubicación en el lado norte de la sierra de Guadarrama, la Granja de San Ildefonso fue desde siempre uno de los lugares favoritos de caza para muchos reyes españoles.
En el siglo XV Enrique IV de Castilla construyó el primer pabellón de caza junto con un pequeño santuario dedicado a San Ildefonso, que dio lugar a su primer nombre. La reina Isabel de Castilla cedió ambos edificios a los monjes del monasterio del Parral en Segovia, que construyeron una granja y una casa en las cercanías.