Después de 35 años de excavaciones, los arqueólogos israelíes encontraron en 2007 la tumba de Herodes el Grande, que fue rey de Judea entre los años 37 a 4 a.c., designado como monarca por el Imperio Romano y tan denostado en los Evangelios cristianos.
Se encuentra la tumba en el Herodión, una fortaleza-palacio-tumba construida por el rey y que lleva su nombre, sobre una colina artificial con forma de cono truncado que se eleva a 758 m SNM. El complejo consta de dos áreas separadas; una fortaleza circular con un primoroso palacio, rodeada por un muro con torres, en la cima del monte y la Herodión Inferior (donde erróneamente comenzaron las excavaciones), en la planicie, hacia el norte, con un grupo de edificios reales alrededor de una gran pileta de agua.
El mausoleo fue destruido supuestamente por los resistentes judíos contra Roma y del sarcófago solo quedas trozos dispersos. Los restos óseos de Herodes no aparecen por ninguna parte.Tal vez los mismos resistentes los hicieron también blanco de su odio.
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