En la
desembocadura del Guadalhorce entre 70 y 80 especies distintas de aves crían, viven o repostan durante su migración. Desde la malvasía, hasta águilas pescadoras, pasando por lechuzas, avetorillos, garzas, gaviotas, cigüeñas de varios tipos, págalos, alcatraces...
Un lugar que el tiempo ha rehabilitado en el urbanizado litoral costero malagueño que guarda un impensable catálogo de especies en sólo 68 hectáreas. Algo así como un Doñana de bolsillo custodiado por la torre de control del aeropuerto y con la ciudad como límite.
Entre el río y su nuevo cauce se han quedado varias islas que conforman un lugar perfecto para el desarrollo de un pequeño hábitat que se ha convertido en lugar idóneo para que decenas de especies críen, pasen el invierno o sólo descansen algunos días durante sus viajes desde África a parajes de Rusia, Gran Bretaña, Francia o viceversa. La malvasía es un tipo de pato de los que a finales de los años 70 sólo se contaban algo más de un par de decenas en todo el mundo y aún hoy están en peligro de extinción. Dicha especie lleva ya diez años criando en el paraje del
Guadalhorce y bastantes lo han tomado como hogar.
Es sólo un ejemplo. Como...
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