A pesar de que Texaco (hoy Chevron) en su web promete conducir su negocio de manera ética y respetar a las comunidades en donde opera, tras casi 30 años de extracción de petroleo en Ecuador lo que ha dejado es un rastro de contaminación y enfermedades.
Esteros y ríos de un amplio territorio de las provincias del noreste Sucumbíos, Orellana y Napo fueron contaminadas con crudo, desechos y aguas de formación altamente tóxicas. Además construyeron piscinas obsoletas que aún hoy siguen contaminando las aguas subterraneas y la atmósfera.
Más de 30.000 personas y 80 comunidades de 5 nacionalidades indigenas (Siona, Secoya, Cofán, Huaorani y Kichwa) exigen reparación de los daños y la recuperación de los terrenos afectados.
Lo que se conoce como el "Chernobyl de la Amazonía" es un desastre mucho mayor que el causado en Alaska por el "Exxon Valdez".