El pueblo se halla enclavado al pie de un espigón de los páramos calizos, sobre el que se asienta su vieja fortaleza. En este lugar elevado, dominando la llanura pinariega surcada por los ríos Cega, Pirón, y Eresma, construyeron los primitivos moradores de Íscar un castro fortificado, datado en el periodo Calcolítico, hacia el año 2000 a.C.
En cuanto a la historia de Alpandeire se han localizado hallazgos arqueológicos de Encinas Borrachas uno de los principales yacimientos que demuestran la presencia del hombre prehistórico en estas tierras. En esa zona se han descubierto interesantes dólmenes y otras formas de enterramientos de la época del Calcolítico. También se habla de una población denominada Ambareg, sobre la que no se tienen datos muy ciertos y de la fortaleza situada en el mismo Cerro del Castillejo.
Torrecampo surgió como aldea del vecino Pedroche, y en 1484 alcanzó su independencia administrativa. Durante la Edad Moderna se integró en las Siete Villas de los Pedroches. Al sureste del término perviven, sobre el cerro de igual nombre, las ruinas del castillo y poblado de Mogábar, recinto habitado desde el Calcolítico a finales del siglo XIII, en que pudo despoblarse. La zona de Mogábar es rica en sarcófagos antropoides tallados sobre rocas.
Los orígenes de esta población se remontan a la época del Calcolítico (2500 años a. C.). Los primeros asentamientos se localizan en la Sierra del Castillo, donde se han encontrado restos arqueológicos que lo demuestran y que se encuentran en el Museo Municipal.
Un reciente hallazgo arqueológico ha permitido descubrir el enterramiento con mayor número de restos inhumados de toda la Prehistoria peninsular y uno de los mayores de Europa, localizado en el yacimiento de Camino del Molino en Caravaca de la Cruz (Murcia), que alberga restos de 1.300 individuos de más de 4.000 años de antigüedad.
El enterramiento supera los cerca de 300 enterrados en San Juan ante Portam Latinam en Álava, los algo más de 200 de Can Martorell en Barcelona, y los casi 170 de Carritx, en Menorca,
Junto a los restos humanos, aparecieron unos 50 esqueletos completos de perros que debieron acompañar a los difuntos, y se recuperaron algunas vasijas cerámicas, unas 50 láminas de sílex y otras tantas puntas de flecha y varillas y punzones de hueso, además de algunas cuentas de collar, puñales de sílex, y una veintena de punzones, una punta y un puñal de lengüeta.
Los datos disponibles permiten plantear que se trata de un yacimiento "excepcional" en el que, rompiendo la norma habitual, se entierra la práctica totalidad de la población de una comunidad que depositó a sus finados en la misma cueva a lo largo de 400 años, lo que permite hacer una... Leer más ...