Rincones de la localidad son el Palacio de los Hurtado de Mendoza, de los siglos XV y XVII, que luce una bella galería asomada al río Duero. La Iglesia de San Miguel, la Iglesia de Nuestra Señora de Campanario, la Iglesia de Santa María de Calatañazor, la Iglesia de San Pedro, la Ermita de Jesús o el Convento Nuestra Señora de La Merced, son interesantes ejemplos que conviene visitar antes de seguir el curso del Duero.
El río sigue su curso hasta llegar a Almazán, localidad histórica y fronteriza cuyos orígenes se remontan a la Edad del Bronce. A buen seguro que el Duero también fue testigo del pasado militar de la villa, que conserva en la actualidad las puertas de Berlanga, Herreros y la Villa. Sin olvidar el impresionante puente medieval sobre el Duero formado por 13 arcos de medio punto ojivales, que camina paralelo a una moderna pasarela colgante de ondulado trazado.