La costa más oriental de Asturias está formada por una plancha caliza que se alza entre 30 y 40 metros sobre el nivel del mar, dando lugar a una impresionante barrera de acantilados.
Uno de los fenómenos más curiosos que se localizan en esta franja de terreno, con Llanes como epicentro, es el de los bufones, agujeros, simas, o chimeneas, que se localizan en las plataformas costeras pero comunicados con la zona marina, de forma que con el efecto del oleaje, sobre todo con la combinación de la pleamar con marejada, expulsan aire o columnas de agua a presión, hasta 40 m de altura, con un gran estruendo que se oye a varios kilómetros de distancia.