Se reconoce la silueta inconfundible de sus edificios del siglo XVIII, del puerto, del paseo marítimo de los Battellieri y del paseo Cavour. Es una placer dejar atrás el estrés de la ciudad para disfrutar de este ambiente totalmente diferente, relajante y desefadado como lo es Carloforte.
Carloforte y la isla de San Pietro son unas tierras de vacaciones, pero también un lugar de luchas históricas entre el hombre y el mar, donde el mar es amigo y enemigo al mismo tiempo.