Hoy por hoy lejos de estas antiguas funciones, el castillo ha decidido tomarse su jubilación para convertirse en un elemento plenamente cultural. Un precioso lugar al que podremos acudir para observar sus características arquitectónicas pero también para conocer un museo bastante completo sobre la historia de la ciudad y la región.
El castillo del siglo XIII es el emblema de la ciudad. Una enorme fortificación emplazada sobre un espolón de roca en el valle Oberinntal. Un vigía de piedra con siglos de antigüedad que durante su historia ha albergado desde familias ilustres, pasando por la propia sede de la administración e incluso hospital.