La Santa Iglesia Catedral, Consagrada a la Virgen María en su Asunción a los cielos, comienza a construirse en el año 1227, bajo el mandato del Arzobispo D. Rodrigo Jiménez de Rada, sobre los cimientos de la Catedral visigoda del S. VI, que fue utilizada como mezquita.
La Iglesia Catedral tiene un valor y un significado teológico como referente para la vida pastoral de toda la diócesis, para los sacerdotes y para los fieles laicos.