En el interor se conserva una talla de San Tirso y unas curiosas pinturas murales en la bóveda natural de la sala rocosa, que constituye la nave de la ermita. Están fechadas en 1705 y en 1877 y narran la vida, los milagros y los martirios de San Bernabé.
La ermita está construida en una de las entradas al complejo kárstiko de Ojo Guareña y ocupa una cueva. Su primera advocación fue dedicada a San Tirso y, posteriormente a San Bernabé.