En 1951, Abdón Sahade, un inmigrante sirio, creó una extraordinaria casa, una casa giratoria capaz de concretar un giro de 360 grados al jalar de una palanca. Sahade quería ver siempre el sol; de ahí que la fachada de su singular creación podía seguir los movimientos del Astro Rey. Luego de la muerte de aquel extraordinario amante de la luz
solar, la casa fue donada para convertirse en patrimonio de la provincia de Córdoba.
Aunque, también sorrprendente que el propio Sahade jamás tuvo un título universitario y fue un ingeniero autodidacta.
La historia, narrada en el sitio web de la familia Sahade, cuenta que a punto de casarse, su hijo Rafael le solicitó a su padre, Abdón, que le hiciera los planos para su casa. Éste le presentó un proyecto de casa redonda. “Parece un carrousel”, le dijo divertido el hijo. “Sólo hace falta que gire”, agregó. Y la idea prendió en la inventiva de Abdón.
A tal punto que empezó a idear gran parte de las piezas clave del sistema que daría vida a la casa de sus sueños. Sorteó innumerables obstáculos en el camino para armar esta
estructura que tiene en su centro un hall de estar con una chimenea, tres dormitorios, dos baños y una cocina...
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