Por una parte, incluye los clásicos de la cocina vasca: las tortillas con chorizos, las torradas, los pimientos del piquillo, las papas bravas, las paellas, el pulpo a la gallega, los chipirones con pisto. Pero además, contempla otros costados y aparece una sopa de cebolla, los sorrentinos de ricota y bondiola en manteca de salvia, los spaghetti con zanahoria, puerro y camarones, un pollo grillado con panceta y puré de boniato rústico, y carnes rojas y de cerdo. Los recomendados del lugar son la torrada de hongos y queso mascarpone sobre pan de campo; sopa a base de vegetales, salsa de tomate, gambas y pescado; ensalada tibia de mariscos salteados con ajo, tomates asados sobre colchón de verdes; y el pulpo a la gallega con papas escrachadas.
Pacharán es sinónimo de auténtico sabor vasco, manteniendo la esencia de una taberna. Ubicado en la zona del centro, este espacio es un pequeño secreto de techo bajo, con la dinámica e impronta de una cantina, una iluminación que recae sobre sus mesas a través de cálidas pantallas, mobiliario de madera, cuadros colgados en paredes coloridas y una clásica barra que hay que mirar siempre de reojo esperando una invitación. La carta elaborada es sabrosa, tentadora e invita a viajar.
Con el fin de la colonia esta presencia vasca adquirió nuevo significado, fue dilatada y polifacética. Tal vez no tengamos referencias tan tangibles como de las figuras inicialmente mencionadas pero sí más perdurables, pues fue una multitud anónima la que optó por radicarse en estas tierras.
En dos coyunturas el flujo inmigratorio fue factor que promovió una inflexión decisiva en la sociedad uruguaya: una que abarcó treinta años de la colonia (1780 a 1810), y otra que abarcó sesenta de la República entre 1830 y 1890.
Al referir a la contribución de los vascos al Uruguay es ineludible mencionar personajes decisivos de la historia de Montevideo y su jurisdicción durante los años coloniales. El fundador de la ciudad, el vizcaíno Mauricio Zabala, su primer gobernador, el alavés José Joaquín de Viana, su inicial factótum económico, el prospero armador -también vizcaíno Francisco de Alzaíbar, ejemplifican la presencia de los nativos del País Vasco en estas márgenes platenses.