El
hombre de
Peking, Zhoukoudian, Beijing, China
A fines del siglo XIX y comienzos del XX se dieron algunos de los descubrimientos más importantes en el terreno de la arqueología. Los europeos parecían estar en todos los rincones del planeta desenterrando muertos, momias y civilizaciones y llevándose lo que hallaban a sus respectivos museos, y claro, también en China se hicieron descubrimientos maravillosos.
Por ejemplo, a 50 km de Beijing está el pequeño pueblo de Zhoukoudian y allí entre 1921 y 1937 fueron hallados los restos del famoso
Hombre de Pekín, un antecesor nuestro, una subespecie de Homo Eructus, fosilizados y enterrados en una cueva. Tienen entre 250.000 y 500.000 años y durante buena parte del siglo pasado fue bastante popular para todos los que creían en el famoso “eslabón perdido” de la cadena evolutiva humana.
¿Pero cómo se dio con estos restos? Bueno, se combinó la astucia china con el azar. El caso es que los habitantes de la zona vendían a los extranjeros que visitaban las tierras baratijas y souvenirs que pretendían ser dientes de dragones chinos, pero un buen día uno de estos dientes cayó en la mano de un científico sueco que...
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