Junto con Pico, Faial, Terceira y Graciosa, São Jorge pertenece al grupo central del archipiélago de las Azores, el secreto mejor guardado de Europa. Junto con sus vecinos, Pico y Faial, forma lo que los lugareños llaman un triángulo. Visitar algunas de estas islas podría ser una buena idea si vas al Archipiélago por primera vez.
El archipiélago de las Azores está compuesto por nueve islas volcánicas llamadas Santa Maria, São Miguel, Terceira, Graciosa, São Jorge, Pico, Faial, Flores y Corvo, que se diseminan en medio del océano Atlántico Norte.
Las casas de las cuatro pedanías del único municipio de la isla se extienden tanto a lo largo del litoral como hacia el interior de Graciosa, una característica sui generis en la ocupación del territorio insular, con un profundo impacto en la humanización del paisaje de Graciosa.
La isla de Graciosa, clasificada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, es la segunda isla más pequeña del archipiélago y también la de relieves menos imponentes, con varias zonas llanas y sierras suaves. Pedras Brancas, Serra Branca o Barro Branco son topónimos de la isla relacionados con la presencia de una roca volcánica, la traquita, común en la isla y que, una vez alterada por el paso del tiempo, adquiere una tonalidad blanquecina, por lo que se le da la designación de isla blanca.
La isla Graciosa (en portugués, ilha Graciosa) pertenece al grupo central del archipiélago de las Azores, Portugal. Tiene un área de 60,84 km² y una población de 5500 habitantes. Mide 10 km de largo y 7 km de ancho.
Según algunos autores, fue descubierta el 2 de mayo de 1450, siendo su primer poblador Vasco Gil Sodré, natural de Montemor-o-Velho y que llegó con su familia desde isla Terceira.
La isla es de origen volcánico, con un relieve muy acentuado en la parte meridional donde se sitúa el pico de la Caldeira (402 m). En la costa, accidentada, se abren dos bahías donde se sitúa el puerto de Vila da Praia y Santa Cruz da Graciosa (con 4780 habitantes según el censo de 2001).