El monasterio principal del Nido del Tigre data del año 1692 y se dice que en el siglo VIII Guru Rinpoche voló a este lugar a lomos de un tigre para meditar en una cueva durante 3 meses, 3 semanas, 3 días y 3 horas. De hecho, Guru Rinpoche fue quien difundió el budismo por todo Bután, de ahí su importancia histórica. El 19 de abril de 1998 un incendio afectó severamente al Nido del Tigre. Se quemó completamente pues el lugar es poco menos que inaccesible para los servicios de emergencia. Afortunadamente hoy en día está totalmente restaurado y gracias a lo escénico de su situación y a su importancia histórica es el lugar cultural por excelencia en Bután.
Aún quedan lugares capaces de sorprender al más viajado y el Monasterio del Nido del Tigre es uno de ellos. Conocido entre los locales como Taktsang Palphug hablamos de un templo budista que se encuentra literalmente colgado sobre un lateral de una pared vertical. Una maravilla visual si me preguntas a mi. Por lo general, la mayoría de las agencias que organizan la visita a Bután incluyen un día para caminar hasta y desde el monasterio. En una suerte de final feliz lo organizan perfectamente para que el visitante se lleve la mejor de las impresiones de este pequeño país perdido en los Himalayas.