Lo genial de este arco rocoso es que su formación no se ha perdido en la noche de los tiempos pues los chinos la han registrado a través del
paso de lo años. Ya en el tiempo de los Tres Reinos aparecen documentos que hablan de él y que dicen que el agujero se formó en un solo momento cuando parte de una cueva enorme colapsó de golpe en el año 263 d.C. Entonces le cambiaron el nombre a la montaña, de Songliang Shan a Tianmen Shan y empezaron a registrar su erosión natural. Fecha exacta de nacimiento, algo de lo que existen pocos casos en el mundo.
Este sitio es estupendo y el viaje en el funicular vale la pena como experiencia en sí misma porque los paisajes que pasan bajo tus país son muy
hermosos: montañas,
valles, sembradíos, terrazas de arroz, mucho verde. Además, el vértigo comienza temprano porque apenas bajas te espera una ruta con mas vueltas que un espiral y ahí debes depositar tu vida en manos del conductor del autobús. No es apto para miedosos.