Los acantilados no están de adorno en el contorno, sino que son grandes imanes para los escaladores ávidos de lugares desafiantes y exóticos donde poner a prueba la gravedad misma. Las playas, claro, son la otra gran excusa que los visitantes encuentran para navegar hasta aquí.
Los hospedajes no son caros y suelen ser generalmente cómodos bungalows, donde encontrarás a mochileros y escaladores en proporciones iguales. Toma nota de que Railay está dividido en cuatro áreas (y que todas tienen algún atractivo que amerita llegar a conocerlas): Pranang, West Railay, East Railay y Tonsai.
Los botes llegan hasta la Playa Railay Este y es una buena idea empezar por conocer sus densos manglares. Desde allí, puedes tomar los caminos entre medio de los resorts o bien por entre medio de la jungla para visitar la Playa Oeste, donde sí puedes nadar y tomar sol a tus anchas. Es en esta parte que encontrarás la playa idílica amurallada por acantilados. Pero también puedes tomar transportes hasta Ao Nang, o a las más populares Koh Phi Phi y Phuket.
Sabemos que el Sudeste Asiático es de esos destinos que se han vuelto populares y no sólo a base de sus accesibles precios, cultura rica y paisajes impensados. La belleza de esta región no puede ponerse en palabras pues proviene de un hechizo particular que despierta en los sentidos y que, de todas maneras, sería un sacrilegio reducir a adjetivos. Esta playa idílica en Tailandia,
Se trata de la playa Railay, una pequeña península en el medio de las ciudades de Krabi y Ao Nang, en Tailandia. Como todo lo bueno, cuesta un poco más, en el sentido de que no es de fácil acceso: sólo se llega por bote a estas acantilados de piedra caliza que se recortan despampanantes, con sus paredes coronadas de verde, del horizonte.