Entre los hermosos paisajes del Alt Maestrat castellonense, se encuentra la pintoresca
localidad de Culla. Este municipio fue en el medievo el centro neurálgico
de la vida en la comarca, pero su historia se remonta mucho tiempo atrás. En su
término municipal se localizan varios abrigos de arte rupestre levantino (declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998), además de restos de
varios poblados de la edad del bronce e íberos.
Para nosotros Polop no hace más que aseverar lo bella que es la tierra alicantina. Un territorio antiguo, un lugar que se remonta hasta la alborada de la humanidad. Cuando, en un momento exacto de la historia, un momento que se dió en todos los lugares de la Tierra a la vez, el hombre abandonó la protección de las escarpadas cumbres y bajo hasta los valles para dejar de recolectar y comenzar a cultivar.
Salió tan bien que hoy el municipio es emblema de este tipo de turismo y un modelo de desarrollo sostenible a seguir, en el que el turista disfruta de rutas a pie, en bici, etc., además de tener la posibilidad de degustar cocina tradicional de la tierra o adentrarse en el mundo de la cuchillería y las herrerías, cuya tradición se debe a la abundancia de hierro en la zona y se remonta a la Edad Media.
En cuanto a la historia del municipio se cree que se remonta a la minería romana, aunque quedan vestigios de poblaciones en las inmediaciones de la Edad del Bronce. En la época árabe el pueblo paso a estar controlado por el caudillo árabe Omar Ben Hafsun hasta la conquista de los reyes católicos en el año 1485. Con la conquista cristiana, los asentamientos que existían dispersos por el municipio se despoblaron y se reunieron en el asentamiento actual.
La historia de esta villa se remonta a tiempos perdidos en la memoria, facilitando el asentamiento de civilizaciones como la romana, sin embargo, la que marcó el destino de Almodóvar del Río, fue la musulmana, con la construcción del majestoso Castillo de Almodóvar, siendo el cerro redondo donde está ubicado, testigo del paso de múltiples culturas, con restos neolíticos, íberos, romanos, visigodos y árabes.
El puerto de Alicante es un puerto marítimo español ubicado en pleno mar Mediterráneo. Su historia es larga. Para hacerse una idea, la declaración de la ciudad de Alicante como Puerto Público del Mediterráneo se remonta nada más y nada menos que a 1271, según el privilegio que le otorgó Alfonso X el Sabio.
Palacio Laso de la Vega, Carmona, Sevilla, Andalucia
La Casa-Palacio de los Lasso de la Vega, construida en su mayor parte durante el siglo XVII (aunque su origen se remonta al XVI), el único resto que queda de su primitiva fábrica es la portada de piedra. El resto del edificio, de dos plantas, está construido en ladrillo.
Aunque el local se remonta a la época visigótica del siglo VII, el claustro inferior se debió levantarse en la segunda mitad del siglo XI y primera del XII, mientras que el superior se construyó en los últimos años de ese mismo siglo.
Su ubicación a la orilla del Mediterráneo en la Costa Dorada, con playas de aguas cálidas, así como sus centros de recreo y tradición histórica y patrimonio artístico, la convierten en un centro de atracción turística de primer orden. Su origen se remonta a la antigua Tarraco romana, capital de la Hispania Citerior Tarraconensis. El «Conjunto arqueológico de Tarraco» ha hecho que Tarragona sea considerada, junto a otras doce poblaciones españolas, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
GUADIX.
En época romana se denominaba Julia Gemella Acci y de ahí su gentilicio, accitanos. El nombre actual de la ciudad se remonta a la dominación musulmana, cuando la ciudad se llamaba Wadi Ash . En el periodo árabe alcanzó su máximo esplendor demostrado entre otros monumentos por la alcazaba y las murallas que rodeaban la ciudad ( de estas solo quedan como vestigios la Torre del Ferro y la Puerta de San Torcuato).
En el 2008, a los pies del Torreón del Ferro, a la sombra de la antigua muralla de la ciudad, junto a la catedral, en la Huerta de los Lao, un gran descubrimiento arqueológico: Un muro de más de cuarenta metros de largo, fustes de columnas, sillares y material cerámico nos hablan de un edificio de gran envergadura. Nos lleva hasta el siglo primero de nuestra era, hasta el Acci romano. La investigación tomó un giro cuando se comprobó que el hallazgo podría ser el de un edificio importante, tal vez, un teatro romano.
El arranque de la cavea -el graderío-, un sofisticado sistema de drenaje de la capa freática diseñado por los constructores del teatro y el descubrimiento de pinturas murales en el frontal del muro de escena son algunas de las sorpresas... Leer más ...