A finales de 1883 finalmente se comenzaron las obras del nuevo templo, situado en el lugar elegido por los vecinos: Ses Roques. La iglesia de Sant Ferran de Ses Roques se inauguró en 1889 y es la más pequeña de las tres iglesias parroquiales. Tiene planta de cruz latina, con dos capillas a sendos lados del presbiterio. Fue declarada bien de interés cultural, en la tipología de conjunto histórico, en el año 1996.
El pueblo de Sant Ferran de Ses Roques fue en los años setenta el punto de encuentro de hippies y bohemios, reunidos en la legendaria Fonda Pepe que aún permanece abierta. Este carácter libre, creativo y festivo se mantiene en los mercados artesanales y artísticos que se celebran en los meses estivales todas las noches excepto miércoles y domingos.