Por la configuración del terreno y sus escasas salidas al mar en forma de playa, Sant Mateu no se ha visto inmerso en la vorágine turística. De hecho, su punto más destacable se encuentra en el mirador de Cala d’Albarca. En esta zona el terreno esta formado por pinares que se extienden sobre bastos precipicios. Lugares muy inaccesibles que han favorecido la aparición de rutas increíbles para los amantes del cicloturismo.
Al hablar de Sant Mateu no podemos hacer referencia a un pueblo, ni siquiera a una aldea. Sant Mateu está compuesta por pequeñas plantaciones muy pegadas unas a otras, dispuestas de forma casi circular sobre la iglesia de Sant Mateu d’Albarca.