Con la llegada de los españoles, el interés por los metales preciosos les llevó a aventurarse a esta zona, tal y como demuestra una de las cartas de Hernán Cortés a Carlos V. En «El Socavón del Rey», hoy cerro de Bermeja se buscó estaño para la confección de piezas de artillería. Para 1529,
Taxco se convirtió en el primer centro minero del continente y durante el siglo XVI fue uno de los principales para los conquistadores, atrayendo funcionarios, comerciantes y frailes. La economía boyante de
Taxco se alimentaba de las tres reales de minas: Real de Minas de Tetelcingo, Real de Minas de San Miguel y Real de Minas de Acayotla.