Monasterio Po Lin, isla Lantau, Hong Kong
Cualquier escapada que tenga como escenario Lantau —la mayor isla de Hong Kong, situada en la desembocadura del río Perla— debe incluir la visita al principal monumento de la zona: el monasterio de Po Lin (en español, ‘bello loto’).
Pese a no ser especialmente llamativo desde el punto de vista arquitectónico o histórico, el recinto cuenta con una atracción realmente singular: el Buda sedente más grande del mundo, inaugurado en 1993.
Realizada en Nanjing con 250 toneladas de bronce fundido, la creación de esta enorme escultura de 26 m de altura —también conocida como Tian Tan o Gran Buda— comportó más de tres años de trabajo. En la actualidad, se alza sobre Ngong Ping, el punto más elevado de Lantau.
Tanto es así que, para acceder hasta él, el recién llegado debe ascender por una empinada escalinata de numerosos peldaños. Se trata de un verdadero desafío para la forma física de los turistas, aunque el esfuerzo se ve recompensado con unas magníficas vistas. A su vez, además de la célebre estatua, la gran plataforma que la rodea también da cabida a seis Bodhisattvas de bronce en actitud votiva.