Sólo durante más de un decenio último, en la orilla del Mar Oeste se promovió con gran éxito esa obra en la isla Taegue, la Chongsu y el pólder Kumsong, pese a la difícil situación económica nacional, para ganar así gran extensión de nueva tierra de labrantío.
La roturación de las marismas de la isla Taegue fue la magna obra sin precedentes en la historia de roturación de los pólderes de Corea, para obtener 8800 hectáreas de nuevo terreno, cerrando con el dique el mar en un tramo de decenas de kilómetros. Pero, los constructores crearon un milagro al haberla terminado con antelación mediante la sucesiva efectuación de voladuras de mayor dimensión y la invención e introducción de peculiares métodos de ejecución al estilo propio aún en medio del frío cuya temperatura oscilaba entre decenas de grados bajo cero. En esta zona ganada ya se han creado una gran granja agrícola, la salina y criaderos de peces. Gracias al rompeolas, las granjas y aldeas costeras de varios distritos se han liberado para siempre de la amenaza de la marejada y salinidad, y formado una gran vía de circunvalación a lo largo del dique extendido hasta perderse de la vista.
En la actualidad, una gran área recuperada y transformada ya en terreno de labrantío contribuye a la producción cerealera. Asimismo, con la construcción de los pólderes de la isla Chongsu y los de Kumsong se han obtenido más de 1000 y 3000 hectáreas de tierras respectivamente. Y se ha acortado en decenas de kilómetros el largo de la línea costera y varias islas o islotes, ligadas a la tierra, cambiando del aspecto geográfico del país.
Además, en el año en curso, terminó la obra de construcción del malecón de la segunda etapa para la recuperación de las marismas de Kuaksan, que dejó aparecer 1600 hectáreas de tierra. Esta obra consistente en unir varias islas con la construcción del dique en un tramo de varios miles de metros se concluyó en poco más de un año y medio. En la actualidad, se promueve en la costa del Mar Oeste una intensa campaña para la recuperación de las marismas de las islas Ryongme y Nunggum. En la obra de la primera, ya en poco más de un año, se ha colocado el dique en un tramo de varios miles de metros, lo cual significa estar abierta la brecha para acabar con antelación la obra.
De terminarla, se obtendrá gran extensión de la tierra cuya superficie se equivaldrá a la de la tierra cultivable de un distrito. También en el campo de la obra de la isla de Nunggum se acelera la construcción del rompeolas. Si se concluyen estas obras en un futuro no lejano, el mapa de Corea volverá a cambiar de su fisonomía.
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