Al bajar de cualquier barco, en primer lugar se encuentra el edificio del puerto donde se pueden comprar billetes de ferry de varias empresas, además hay un bar con una terraza exterior y una pequeña tienda. Saliendo de aquí y caminando por el paseo marítimo del puerto, hay bares, cafeterías y restaurantes y, en verano, una larga hilera de puestos de mercadillo que venden ropa, joyas, souvenirs y artículos artesanales. A cada paso se tienen unas vistas impresionantes, entre otras de Ibiza y el islote de Es Vedra.