Muchas de estas casas tradicionales se han adaptado para el turismo rural, por lo que Los Llanillos cuenta con una amplia oferta alojativa de este tipo. El caserío es ideal para respirar tranquilidad en la ya de por sí tranquila isla de El Hierro. Sentarse en las terrazas de una de estas casas para simplemente escuchar el silencio, pasear entre cuidados huertos o acercarse a la playa rocosa del charco Azul para disfrutar de las aguas atlánticas son las únicas tareas del día. Todo esto está al alcance de cualquiera que busque unas vacaciones diferentes.
El valle de El Golfo, en el norte de El Hierro, está salpicado de diversos caseríos. Uno de ellos destaca por su encanto: Los Llanillos. Situado cerca de la costa, llama la atención por sus cuidadas casas tradicionales de techo plano y piedras esquineras desnudas pintadas de armoniosos colores. Destacan también los hermosos jardines de estas, repletos de flores, lo que hace de un paseo por sus calles un deleite para los sentidos.
Es relevante la actividad artesana del caserío; por ello, se ha restaurado el bello edificio tradicional de la tahona (molino de harina), que ha sido reconvertido en museo y punto de venta de productos artesanos. No se debe abandonar la zona sin acudir al cercano poblado de Cuevas de Buracas, con estaciones rupestres de gran interés arqueológico y un mágico bosque de dragos, singular especie vegetal propia de las Islas Canarias.
En el noroeste de La Palma y alejada del moderno desarrollo urbano se encuentra la pequeña y tranquila aldea de Las Tricias. Se asienta sobre una ladera entre barrancos, rodeada de almendros. Su floración en invierno es todo un espectáculo. El ritmo de vida pausado de Las Tricias permite admirar con detenimiento su arquitectura, de la que destacan bellas casas solariegas con balcones de madera, paredes de piedra oscura revestida de blanco y cubiertas de teja. Puro estilo palmero.
Las Salinas del Carmen, declaradas en 2002 BIC. Bien de Interés Cultural, nos ayudan a comprender la importancia de la sal en la economía local pero también en las islas Canarias en general. El Museo de la Sal es pequeño pero agradable de visitar. La información que encontramos abarca desde la historia de la sal hasta el proceso de obtención y recogida. Es fácil de digerir y sirve de preparación para el paseo autoguiado por el exterior del recinto que nos lleva a caminar entre tajos y cocederos.
Situadas en la costa de Antigua y muy cerca del aeropuerto encontramos las únicas salinas de Fuerteventura que siguen en funcionamiento y bien conservadas. Tanto es así que las conocidas como Salinas del Carmen se pueden visitar primero pasando por el Museo de la Sal y después paseando por el exterior en lo que denominamos un museo al aire libre. Esta visita en Fuerteventura es muy agradable y no te llevará más de una hora sumergirte en la historia de la sal.
El nombre de este municipio emplazado en el norte de Tenerife y que ocupa también parte del centro de la isla, procede de la denominación que los guanches le daban a esta zona, “Arautava” o “Arautapala”. Es el municipio más extenso de la isla, con 207.31 km2, y el que más superficie forestal tiene: Aproximadamente el 78% del Parque Nacional del Teide forma parte del término municipal de La Orotava.
Para muchos, La Orotava es uno de las localidades más bonitas de la Isla. Situada en medio del valle del mismo nombre, destaca por sus construcciones perfectamente conservadas, lo que ha llevado al casco de la ciudad a ser declarado Conjunto Histórico Artístico. Se respira en sus calles ese aire señorial que nunca la ha abandonado desde la conquista de la Isla.
Sobresalen la Montaña Tindaya, el precioso el Parque Natural de Corralejo y el Parque Natural del Islote de Lobos y los diversos barrancos de los alrededores como el Barranco de Tinojay, el Barranco de los Enamorados entre otros. Además, no dudes en disfrutar de las posibilidades de turismo activo.
Innumerables atractivos son los que hay que ver en La Oliva. En primer lugar posee un interesante conjunto arquitectónico en el que destacan la Iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, la Casa de los Coroneles y las numerosas capillas de la zona. Otros de los tesoros de este municipio son los espacios protegidos.
Con una dificultad apropiada para pasear con niños o personas de edad, el sendero del Cubo de la Galga comienza entre matorrales y pequeños arbustos para finalizar entre ejemplares propios de las zonas de fayal-brezal. El recorrido mide unos doce kilómetros, con desnivel máximo de 750 metros, lo que hace posible realizar su ruta en unas cuatro horas. Conviene, como siempre, llevar ropa y calzado adecuados, además de comida y bebida para hacer un almuerzo ligero por el camino.
Situado en el nordeste de la isla de La Palma, el Cubo de la Galga puede recorrerse en dos partes: una excursión circular por la zona más vistosa de laurisilva o una ruta más larga que comunica el sendero con la montaña de La Galga con el mirador de San Bartolomé para seguir camino a Puntallana o San Andrés y Sauces. Como complemento al recorrido, ya fuera de esta área, se puede disfrutar de platos típicos en merenderos de la localidad.
Sus agrupaciones de casas en torno a las principales vías de comunicación, la mayoría restauradas junto a sus cuidados huertos con frutales, son un deleite para la vista. Muchas de ellas han sido reconvertidas en alojamientos de turismo rural, un verdadero lujo para pasar unos días llenos de paz y sosiego. Es imprescindible pasear por sus caminos inundados de verdor y acercarse al mirador desde el que se divisa el impresionante paisaje de Las Playas.
Algo debe de tener Isora que atrapa la mirada del visitante. En el este de la isla de El Hierro se encuentra este hermoso caserío de medianías que nació en torno a la fuente de Azofa. Serán sus casas de piedra volcánica o lo cuidado y bello de sus muros y huertas. Tal vez sea todo el conjunto, el de un caserío lleno del encanto de los viejos pueblos herreños. Un lugar para recargar las pilas y llenarse de energía.
El camino va ascendiendo entre caprichosas formaciones rocosas que surgen por doquier en el corazón del barranco. El camino va sorteando los recodos del barranco dejando el lecho fuera de nuestra vista ya que este discurre entre coladas de lava y vegetación.
El barrio de Imada en el municipio de Alajeró celebra este fin de semana sus fiestas patronales en honor a Santa Ana con un programa de actos que incluye verbenas, eventos religiosos y actividades para los más pequeños así como deportivas. Lugar bonito para disfrutar del campo.
Pero es que aún hay más. Entre los lugares que ver en Icod de los Vinos destacan la Casa del Plátano, el Museo Guanche o la Cueva del Viento situada en lo alto del pueblo. Este lugar ya lo visitamos tiempo atrás y no podemos más que recomendarlo pues supone una de las mejores formas de aprender sobre los procesos eruptivos en Tenerife a la vez que se visita uno de los mayores tubos volcánicos laberínticos del mundo.
Bajo la atenta mirada del Teide se encuentra uno de los pueblos históricos de Tenerife. Icod de los Vinos, tierra de guanches y conquistadores es actualmente famoso por sus calles empedradas y pequeñas plazas que asoman a lugares tan icónicos como el conocido como Drago Milenario (Dracaena draco), símbolo vegetal de la isla y lugar de visita obligada durante tu paso por Tenerife. Da igual que seas turista o local, no dejes de pasar por allí.
El clima, bajo la influencia de los vientos alisios, supone uno de los grandes atractivos del municipio con mínimas que rara vez bajan de los 18ºC en invierno y que pocas veces superan los 27ºC en verano. De ahí que fuera conocido a finales del siglo pasado por tener "el mejor clima del mundo", según un estudio desarrollado por meteorólogos internacionales.
La Villa de Hermigua es el primer pueblo de La Gomera que el viajero se encuentra partiendo de San Sebastián hacia el norte por la carretera TF-711. Tiene forma triangular y cuenta con 41 kilómetros cuadrados de extensión, formado junto al cauce del barranco del mismo nombre.
El primer núcleo de población de Hermigua fue el de Valle Alto, con la iglesia de Santo Domingo y el convento del mismo nombre, construido entre 1515 y 1520. La creación del núcleo del Valle Bajo es posterior, levantándose la iglesia de Nuestra Señora de La Encarnación en 1650.
Este bonito pueblo agrícola ofrece al viajero multitud de experiencias agradables con las que llenar su maleta de recuerdos. Obligada es la visita a la Casa Museo del afamado artista César Manrique. La plaza León y Castillo invita a relajarse bajo la sombra de sus laureles y eucaliptos. El centro del pueblo lo constituye la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación; en ella confluyen todos los caminos y calles del pueblo.
Haría, en el norte de Lanzarote, se encuentra ubicado en el encantador “valle de las mil palmeras”, uno de los mejores palmerales de palmera autóctona de las Islas Canarias. Al adentrarse la carretera entre montañas aparece este oasis en medio de la geología pura de la isla: tierras verdes y cultivos salpicados por el blanco de la arquitectura popular isleña. A la sombra del misterioso volcán de la Corona duerme Haría su sueño, mecido por la tranquilidad de un paisaje rural de gran interés.