Río de Janeiro es una ciudad con una cultura que nos atrevemos a llamar propia. Hemos visitado otras ciudades en Brasil y aunque más allá del idioma todos los brasileros demuestran mucho en común, los cariocas tienen cosas que no hemos visto en el resto de Brasil. Son gente alegre y a pesar que hay de todos en todas partes, con los que tratamos a nivel de amigos toman la vida como se presenta, con las preocupaciones adecuadas pero sin ser pesimistas. No es una cosa de estar bailando o en la música todo el día pero si sucediera la oportunidad y la compañía es grata, la ocasión no es ignorada. Gente que si pueden evitar una preocupación prefieren sonreír y tomar las cosas a la ligera en vez de estar haciéndose los importantes con la cara tiesa y hablando de problemas que no están a su alcance resolver. También los vimos hablar en serio, y con esta cara son tan precisos como los propios ingleses.