El estilo de este espectacular monumento es romano bizantino, lo más reconocido de ella es que tiene una planta en forma de cruz que está decorada con 4 pequeñas cúpulas y una quinta de mayor tamaño justo en el centro, lo que le da a la basílica una altura de más de ochenta metros.
Además, La Basílica del Sagrado Corazón tiene una torre en la que se encuentra una gran campana de 3 metros de diámetro y que pesa más de 25 toneladas. Desde allí se pueden obtener unas de las vistas más bonitas de París a 130 metros de altura aproximadamente.
La Basílica del Sagrado Corazón o Sacré Cœur es una de las iglesias más conocidas y concurridas de París. Su espectacular figura se alza en lo más alto del barrio de Montmartre y llama la atención especialmente gracias a su particular fachada de color blanco, además de tener un hermoso diseño arquitectónico.
La Basílica del Sagrado Corazón se empezó a erigir en 1875, por decisión de la Asamblea Nacional como un homenaje a los soldados franceses que cayeron en la Guerra Franco-Prusiana. El arquitecto que se encargó de la construcción fue Paul Abadie, quien terminó la obra casi cuarenta años después. A pesar de que en 1914 ya estaba lista, no fue hasta 1919 cuando se pudo consagrar como iglesia.
Precisamente allí podemos visitar la casa del autor de Los Miserables, en la cual se puede contemplar sus documentos, fotografías y artículos.
La Plaza de los Vosges se construyó en a principios del siglo XVII bajo la orden de Enrique IV, en el lugar en el que anteriormente se utilizaba para celebrar duelos de mosqueteros y torneos medievales. Su inauguración fue en 1612 y el motivo perfecto fue la boda de Luis XIII con Ana de Habsburgo.
En el barrio de Le Marais de París nos encontramos con la plaza más antigua de la ciudad, se trata de la Plaza de los Vosges y aunque no tiene monumentos espectaculares y no es uno de los lugares más populares, lo cierto es que es u sitio sublime, el lugar ideal para disfrutar de un ambiente histórico, bohémico y nostálgico.
Una de las cosas más bonitas de la plaza es que está rodeada por cerca de 35 casas de piedra y ladrillo, de las cuales resaltan sus tejados azules que tienen ventanas abuhardilladas, las cuales en un principio serían destinadas para artesanos y trabajadores, pero que poco tiempo después de su construcción se convirtieron en lasa viviendas de importantes personajes como Moliere y Víctor Hugo.
Lo más bonito y particular de este monumento son sus vidrieras, típicas del siglo XIII, que representan 670 metros cuadrados, la mayoría instaurados en la capilla alta, que estaba reservada para la familia real. Lo más particular de estas vidrieras es que se pusieron allí sin muros y sólo están separadas por pilares, lo que genera un efecto de luz realmente impactante.
Para disfrutar de la Sainte Chapelle lo mejor es ir al atardecer, cuando las vidrieras y la luz del sol nos regalan un espléndido espectáculo que seguramente será muy difícil de olvidar.
Una de las iglesias de estilo gótico más bonitas de Paris es la Sainte Chapelle, que aunque no es muy conocida no tiene nada que envidiarle a los monumentos más famosos del mundo y de la capital francesa.
Aunque en un principio la idea era construir una pequeña capilla que guardara las reliquias de la Pasión de Cristo, que comprende un trozo de la Santa Cruz y la Corona de espinas, aunque después se convirtió en una hermosa majestuosa iglesia tal y como la podemos ver hoy.
La construcción de la Sainte Chapelle se hizo en el siglo XIII y lo más curioso es que sólo tardaron siete años en levantarla. Lo cierto es que la que vemos actualmente no es la original, pues en el siglo XIX tuvo que ser restaurada luego de que en la Revolución Francesa tuviera grandes daños.
Luego de la muerte de Pablo Picasso en 1973, su familia se vio obligada a donar al Estado Francés algunas de las obras del artista para poder hacer frente a los impuestos que debían pagar, es en ese momento cuando empieza a nacer el Museo Picasso, el cual actualmente cuenta con más de 200 esculturas, 190 esculturas, 85 cerámicas y cerca de tres mil piezas entre las que hay dibujos, manuscritos y grabados.
Para los admiradores de Picasso, este es sin duda uno de los museos obligados a la hora de viajar a París.
Pablo Picasso se pasó una parte de su vida pintando por las calles de París que en muchas ocasiones fueron su fuente de inspiración, es por ello que no es raro que la ciudad le haya querido rendir honor y le haya dedicado un museo al pintor español, el más fiel exponente del cubismo.
El Museo Picasso se encuentra en el barrio de Le Marais, un particular lugar lleno de encanto gracias a sus calles, sus edificios y sus lujosas mansiones. Es precisamente en uno de esos hermosos edificios en donde nos encontramos el museo dedicado al artista malagueño, se trata del Palacio Salé, cuyo origen data del siglo XVII y que en un principio fue destinado a la Embajada de Venecia.
Caminar y encontrarnos con el Palacete de Sens nos hace recordar e imaginarnos como hubiera sido la vida de la Reina Margot, quien vivió allí por un buen tiempo.
Podemos descansar un poco en la terraza del restaurante L’Ebouillanté en la que será posible apreciar el ábside de Saint-Gervais.
Otros interesantes lugares son el Memorial de la Shoah, la Casa Europea de la Fotografía, la Village Saint-Paul y el mercado de Izrael. Sin duda alguna un día muy reconfortante por las calles de París.
El barrio Saint-Paul es uno de los lugares más bonitos de París, lleno de fachadas muy particulares de boutiques de moda. No queda nada de aquel lugar que era antes, un pantano que era atravesado por una vía romana que representaba lo que actualmente es la calle François-Miron. Caminar por allí es una hermosa experiencia.
Muy cerca está la Isla de Saint-Louis un pequeño pueblo el cual cuenta con unas muy bonitas y tranquilas riberas en las que nos encontramos con casas muy lujosas que dan al conocidísimo Río Sena.
En estos lugares podemos ver algunos de los edificios más bonitos de París, hacer un recorrido a pie por estas calles y lugares puede ser una de las maneras más apropiadas para conocer la historia y la cultura de la capital francesa.
La Géode es una sala de proyección de cuatrocientas butacas, en la que se muestran películas en sistema IMAX en una pantalla de mil metros cuadrados.
Este particular edificio se encuentra justo detrás de la Cité des sciences et de l’industrie, también una construcción muy singular cuya parte exterior compuesta de una rede de más de 2500 barras de acero.
Estos dos edificios hacen una mezcla muy bonita, llena de modernidad y cultura, sin duda uno de los sitios que no te puedes perder al viajar a París.
Uno de los edificios más curiosos de París es La Géode, una esfera perfecta que consta de dos estructuras que encajan, que se encuentra en el parque de la Villete en el distrito XIX y que fue construido por el arquitecto Gérard Chamaillou.
La Géode fue inaugurada en mayo de 1985, tiene un diámetro de 36 metros y está compuesto por cerca de 6500 triángulos equiláteros de acero inoxidable que reflejan perfectamente la luz como si se tratase de un espejo.
Una de las particularidades de estos triángulos es que se pulieron detenidamente para que cada uno de ellos reflejara de la misma manera luz, además son idependientes y de esa manera cuando sale el sol se dilatan sin ninguna complicación.
Quienes vayan a París deben visitar Bercy, el cual está muy bien comunicado con el centro de la capital de Francia, se puede llegar allí por medio del metro, que por cierto es en la línea más moderna. Además allí es posible tomar un barco que nos brinda un espectacular paseo por el Sena.
El lugar más importante de este barrio es el Palais d’Omnisports de París-Bercy, destinado para conciertos y espectáculos, además de su estadio deportivo, cuya estructura piramidal es uno de los puntos de referencia de la arquitectura contemporánea.
Esta es la perfecta combinación del arte, historia y modernidad.
Todos los barrios, distritos y lugares de París tienen su encanto y están llenos de historia, cualquier calle o sitio tiene una anécdota digna se ser contada. Pero hay uno de ellos que no se parece en nada al resto, se trata de Bercy que encarna una ciudad del futuro, una autentica ciudad del siglo XXI.
Aunque es un antiguo barrio de comerciantes de vinos, en el que almacenes acompañan al Río Sena en su orilla y en el que se vemos casas y pabellones de barrios bajos, lo cierto es que Bercy ha sido transformado totalmente y se ha convertido en un sitio totalmente moderno.
La Iglesia de San Eustaquio que tiene unas medidas exorbitantes, 43 metros de ancho, 105 de largo y 33 de altura, es muy importante para París pues en ella se celebraron algunos de los acontecimientos históricos más importantes de la historia de la ciudad, entre los que se incluyen la Primera Comunión de Luis XIV, el funeral de la mamá de Mozart y los bautizos de Moliere, la Marquesa de Pompadour y el Cardenal Richelieu.
Pero lo mejor de todo es que en su interior se alberga una gran colección de Pedro Pablo Rubens, un lujo sinceramente.
En el corazón de las Halles, antiguo mercado de la capital de Francia, nos encontramos con una de las iglesias más bonitas de la ciudad, muy poco conocida pero no por ello menos fascinante que los famosos monumentos de París.
Se trata de la Iglesia de San Eustaquio, un hermoso templo construido en piedra gris que contrasta con su techo azul, que se erigió ene l siglo XVII que en su interior es de estilo renacentista pero que es su exterior conquista con los signos más característicos de lo gótico.
Sus arcos y pilares convierten a esta iglesia en una verdadera joya que se complementa con grandes vitrales y pequeños rosetones que hacen recordar a la famosa Catedral de Notre Dame.
Pero para todos aquellos que disfruten más de la cotidianidad y del funcionamiento normal de la ciudad en el que se respira un ambiente de arte e intelectualidad, barrio Saint-Germain-des-Prés también les ofrece un plan. El café Les Deux Magots es uno de los más importantes en la élite cultural de la ciudad. Fue fundado en 1885 y allí han ido a divertirse importantes personajes entre los que se incluyen Ernest Hemingway, Jean Paul Sartre, Pablo Picasso y Paul Verlaine.
En el distrito VI de París nos encontramos el barrio Saint-Germain-des-Prés, el cual acoge a la iglesia de Saint-Germain-des-Prés. Esta parte de la ciudad es muy conocida gracias que fue el lugar de reunión de los exponentes del movimiento existencialista, a las que asistían Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre.
Uno de los atractivos más concurridos todos los años en este barrio de París es la Iglesia de Saint-Germain-des-Prés, que fue erigida en el siglo XI, es la más antigua de la ciudad, con un estilo románico, su interés radica en que allí se encuentran los restos del primer obispo de la capital francesa, nos referimos a German, canonizado en el año 754 por el Papa Esteban II. Además, se sabe que en los reyes merovingios fueron sepultados allí en los siglos VI y VII, aunque desaparecieron con la Revolución Francesa.
Sin embargo, desde 1964 la abadía de Royaumont pertenece a la familia Goüin quienes se encargaron de su recuperación y fundaron un centro cultural bajo el mando de su Fundación Royaumont.
Si viajas en verano estás de suerte, pues tradicionalmente en esta estación, allí se ofrecen conciertos los fines de semana además de mesas redondas, exposiciones y conferencias.
A menos de media hora de París se encuentra la abadía de Royaumont, en la localidad de Asnières-sur-Oisem, en medio de hermosos bosques que contrastan con la simplicidad de la arquitectura del edificio como reflejo de las enseñanzas de austeridad predicadas y practicadas por San Bernardo.
Fue fundada en la segunda década del siglo XIII por Luis IX junto con su madre Blanca de Castilla. Es allí donde se sepultó a San Luis quien antes de morirse cubrió la abadía con todas sus riquezas, pero durante la Revolución Francesa sufrió graves estragos. Fue usado como hospital militar, noviciado, molino de algodón e incluso como orfanato.
Allí mismo podemos apreciar el castillo de Royaumont, el cual fue construido como residencia del abad antes de que estallara la revolución. Un edificio que recuerda un construcción italiana.
Ir al Zoo de Vincennes pude resultar una experiencia muy divertida para compartir en familia, seguro que los pequeños serán quienes disfruten más de esta visita en la que verán una interesante variedad de animales entre los que hay osos panda, jirafas, cebras, leones, monos, canguros, elefantes, tigres, buitres, cisnes, hipopótamos, pingüinos, flamencos y muchos otras especies.
Como si fuera poco, aunque el zoo es llano ofrece a los visitantes una montaña artificial de 65 metros de altura y en su cima es posible observar unas de las mejores vistas de París, lo que con mucha seguridad entusiasmará a los adultos.
Zoo de Vincennes es uno de los zoológicos más importantes de Europa, fue fundado hace casi ochenta años y pertenece al Museo Nacional de Historia Natural de París, se encuentra en el Parque Bois de Vincennes que está localizado en el sur de ciudad.
Este hermoso lugar tiene una extensión de 15 hectáreas y en él se pueden apreciar una gran variedad de fauna, más de 1500 animales viven allí en cautividad en un entorno completamente natural y rodeado de plantas y árboles.
Este es un monumento que vale la pena conocer, es uno de los atractivos turísticos más importantes de París, sobretodo para aquellos que se inclinan por lo religioso, aunque en un principio no parece una iglesia, sin embargo en su interior se puede comprobar que no carece de nada de lo que tendría cualquier templo católico.
La verdad es que su encanto radica más en su fachada que en su interior, no obstante es muy bonita la vista que se puede ver cuando subes las escaleras, de fondo se puede apreciar algunos de los edificios y lugares más bonitos de París, como la Plaza de la Concordia, la Rue Royal y el Obelisco.
La Iglesia Madeleine está ubicada en una de las zonas comerciales más importantes y glamurosas de París, muy cerca de la Plaza de la Concordia, y llama especialmente la atención gracias a su arquitectura pues tiene forma de templo clásico griego.
Su construcción la empezó Contant d´Ivry en 1764, aunque trece años más tarde en 1777, la reconstruyó Guillaume Couture. Sin embargo las obras se vieron obligadas a suspenderse en 1790 con motivo de la Revolución Francesa.
En 1805 se reinician la reconstrucción de la Iglesia de Madeleine y un año más tarde se convertiría en el Templo homenaje de la Gran Armada hasta que se terminó de erigir el Arco del Triunfo que asumió esta responsabilidad.
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, muchas gracias bixen por enseñárnosla
