La ciudad de Ekaterimburgo, situada al pie de los montes Urales, fue fundada por un decreto de Pedro I el Grande y se la llamó Ekaterimburgo por Catalina I (Ekaterina en ruso), la esposa del zar.
Es una ciudad moderna con infraestructuras de primera clase, entre las que figura una eficaz red de metro y un excelente aeropuerto, además de una cantidad de monumentos de valor histórico y cultural.