El pueblo que le da nombre al queso se situa en el corazón de la
comarca de La Gruyéres, emplazada entre los Alpes de Friburgo y el valle del río Sarine. Tiene una única calle peatonal, adoquinada y flanqueada por casas construidas entre los siglos XV Y XVI, hoy en día son hostales, tiendas de productos gastronómicos y restaurantes donde fondue y raclettes son los platos estrellas.
La fondue se hace con quesos desmenuzados y fundidos y la raclettes debe su nombre al queso raclette típico del cantón de Valais, hecho a base de leche de vaca. Se presenta en una gran rueda de unos 6 kg aproximadamente. Lo hay de varios tipos: al vino blanco, a la pimienta o de hierbas.
La tradición quesera en la comarca ya existía desde 1115, cuando los monjes cobraban un diezmo por el uso de los pastos de altura. Éste consistía en porciones de queso que almacenaban para abastecerse cuando la nieve aislaba los monasterios y para sus viajes, porque la corteza lo conservaba más tiempo en buen estado.
Desde 2001 el
queso gruyer tiene la VeCertificación de Origen Suiza, que protege la producción artesanal y define su aspecto: forma redondeada, corteza anaranjada, fina y cepillada; interior liso sin agujeros, a diferencia de su homónimo francés; y un sabor algo dulce al principio y terroso después.
La leche y el queso son los protagonistas de fiestas y mercados en verano. Durante las celebraciones, los vaqueros decoran sus establos con pinturas de vacas engalanadas.
Ver LA POYA de Moléson sur Gruyére.