Jingkou, Yunnan, China
Yunnan, en el sur del país, donde emerge una pequeña villa que parece sacada de un cuento de hadas: la encantadora Jingkou.
Pasear por sus calles será sin duda un gran estímulo para el recién llegado, que podrá conocer más acerca de las minorías étnicas del gigante asiático acercándose a una de las más conocidas: los hani. Poco más de media jornada será suficiente para disfrutar de este enclave indispensable.
Jingkou se halla a tan sólo 6 km de la localidad de Yuangyang. Una explanada de piedra y un pórtico y un pórtico cubierto de paja marcan el acceso al pueblo, a la izquierda de la carretera principal. A continuación, hay que descender por el pedregoso sendero que se adentra en el valle. El precio de la entrada a Jingkou equivale a 1,5 euros, aproximadamente, y permite visitar todos sus rincones.
Una vez dentro del recinto, el viajero se sentirá transportado a otra época. A ello contribuye el sistema de construcción de sus singulares edificios, realizados en adobe y con muros recubiertos con boñigas de búfalo, que ayuda a aislar las viviendas del frío.