Y tan ancentrales como la propia localidad. De hecho, la vinculación de Montemayor a sus castañares podría llevarse hasta los tiempos de repoblación medieval en los que colonos astures y gallegos trajeron con ellos la costumbre y los secretos del cultivo de castaños. Y tan bien se adaptó esta especie a estas nuevas latitudes que hoy prosperan en muchos rincones de las sierras de Francia, Béjar y Candelario como auténticos bosques de aspecto legendario.