La Grúa de Gdansk, es el símbolo de esta ciudad.
La Puerta del Espíritu Santo, es una de las entradas a la ciudadela, cuyas dos torres de ladrillo servían, además, para cargar y descargar las mercancías más pesadas que transportaban los navíos. Allí está la gran grúa de Gdansk, un hermoso elevador de madera situado a orillas del río, cuyo mecanismo de elevación se instala entre las dos torres.
Se trata de una construcción que en la época medieval era la mayor grúa de Europa, construida en los años 1442 – 1444, era capaz de levantar 4 toneladas de peso a más de 11 metros de altura, un prodigio de la técnica sin parangón en aquellos días. El ingenioso mecanismo -una especie de noria vertical- usa la tracción humana para mover dos gigantescas ruedas de madera con un diámetro de unos seis metros, que actúan como poleas. Sendos equipos de hombres caminaban en sentidos opuestos sobre los escalones interiores de las dos ruedas, de cinco metros de diámetro, de tal manera que el movimiento iba izando los mástiles o los sacos de grano hasta el punto deseado.
Fue incendiada en 1945 por los sovieticos y se restauró en los años 50 siendo una réplica fiel de la primitiva.
Hoy, en la isla del Plomo, en la orilla frente a la Grúa está el Museo Marítimo y la Grúa forma parte de él, así como el barco Soldek, (primer buque construido por Polonia en los astilleros de Gdansk en el año 1948).
Su más moderna e inusual utilización es la de trampolín de concursos de saltos al agua de la Red Bull Cliff Diving.