En un alto acantilado de la costa de Acapulco, hay un pequeño hotel que guarda la esencia de los años dorados de Hollywood y de la propia ciudad, cuando era conocida como la Perla del Pacífico.
En 1954 la propiedad fue comprada por los actores Johnny Weissmüller (Tarzán), John Wayne (el eterno vaquero) y un par de amigos, para construir un lugar a su medida. Los Flamingos fue “el escondite de la pandilla de Hollywood” y se ha convertido en uno de los hoteles históricos del puerto de Acapulco que más años lleva abierto sin interrupción.
Las habitaciones y el bar siguen siendo los mismos por los que pasaron Bette Davis, Orson Welles, Rita Hayworth, Cary Grant, Errol Flynn, Tyrone Power...
John y Jacqueline Kennedy pasaron su luna de miel en este hotel y Frank Sinatra también lo frecuentaba.
Johnny Weissmüller, Tarzán, falleció en el hotel en 1984, a los 79 años y sus restos descansan en el cementerio local.
Un museo de recuerdos de aquellos personajes eternos que tantas veces nos hicieron soñar:
hotelflamingosacapulco.com/