Quedarse en el puerto es quedarte en una suerte de Port Aventura de porexpan salteada por bares y restaurantes y cientos de guiris bebiendo cerveza y fumando schischa, lo que puedes encontrar en cualquier cidad europea.
Lo más interesante de visitar en Hurghada está más allá del puerto, adentrarse en el pueblo, recorrer sus calles, mezclarse con su gente, regatear en alguna tienda, recorrer el mercado del pescado, visitar la gran mezquita y escuchar los sermones del Imán, son experiencias que no te deberías perder.